Fiesta de la “La Jota Cordobesa” y ”tradiciones gauchas” en
homenaje a Don Manuel Marcos López.
Por iniciativa del Prof. Gustavo Blengino de la ciudad de Bell Ville que promovió a través del Legislador Chamorro, la declaración de ley del día provincial de la Jota Cordobesa cada 18 de junio en conmemoración del natalicio de don Marcos López. Este proyecto que se encuentra en la legislatura provincial y que está próxima a la determinación y todos los folkloristas de la provincia lo esperan ansiosos. Compartimos a continuación la biografía de Don Manuel Marcos López.
El 18 de Junio de 1915 nace en San Lorenzo, localidad cercana a Villa Cura Brochero, departamento San Alberto en nuestra querida Provincia de Córdoba, Manuel Marcos López, hijo de Don Andrés Avelino López y de Doña María Eduarda del Rosario Domínguez. Cantor, guitarrista, compositor y gran defensor de lo nuestro, la figura de Don López cobra especial peso histórico, no solo por su labor en el universo del folklore cordobés, sino también por sus raíces familiares. Era descendiente de Manuel López “El Quebracho”, gobernador de Córdoba entre 1835 y 1852, y de los López Osornio, abuelos maternos de Juan Manuel de Rosas, ambos hijos de varias generaciones de nativos de la zona.
A los diez años, una hermana suya lo lleva a Buenos Aires, radicándose luego en Capital Federal donde permaneció hasta 1971; año en que se instala definitivamente en San Lorenzo. En 1939 pasa a formar parte de la Comisión de la Asociación de Conmemoraciones Patrióticas de San José de Flores, asumiendo el carácter de Presidente casi permanente hasta 1971.
En 1940 funda el Centro Tradicionalista Provincianos Unidos en el barrio de Flores. Allí se practicaba y difundía nuestra cultura y se realizaban grandes festivales criollos para ayudar al artista humilde que llegaba de distintos puntos del Interior, buscando nuevos y mejores horizontes. En este centro y a partir de las relaciones y vínculos que la transmisión y difusión de la cultura producía, conoce a quienes lo acompañarían luego a radicarse en nuestra Córdoba: se vincula con los hermanos Peralta Dávila y Noia y empieza a hacer dúo con este y con Esteban Peralta Davila. Regresa a nuestra Provincia aflorando su pasión por la música y por compartir serenatas con sus amigos y vecinos. Ofreció su canto a los paisanos de Villa Cura Brochero y zonas aledañas y de la ciudad de Córdoba.
Durante muchos años, Don Marcos fue miembro y presidente de la Asociación de Conmemoraciones Patrióticas de San José de Flores, entidad dedicada a la celebración de fechas patrias y en donde se agregó, por iniciativa de Don López, la Fiesta de la Tradición, que llegó a ser la más importante de la ciudad de Buenos Aires.
En 1943, Don Lopez elevó al Poder Ejecutivo presidido en ese momento por Ramon S. Castillo, un petitorio para obtener la reglamentación radial de nuestra música.
En 1947, junto a Remberto del Rosario Narváez, Guillermo Arbós, Campos, Mansilla y Bedoya, formó su grupo musical “Los Troperos de Pampa de Achala”, con los que actuó en la Radio El Mundo de Buenos Aires, bajo los auspicios de la Antigua Casa Nuñez. A partir de esta experiencia, contrató un espacio en este medio de comunicación y comenzó a transmitir su programa Tardecitas Provincianas.
Cabe resaltar que Los Troperos de Pampa de Achala no solo fue uno de los conjuntos musicales que canto más tonadas en radio; sino que además manifestaban un gran compromiso social al actuar en varias oportunidades en calles o plazas de pueblos humildes desinteresadamente.
En 1948 grabó su primer disco con el sello ODEÓN; su primera grabación fue la “Zamba Bellezas Serranas” de Julio Alberto Tello; luego siguió “Tonada del Arbolito” recopilada por Pedro Herrera.
Los días Domingos, Don Lopez transmitía en su programa radial “Defendamos lo nuestro” en L.R.1 Radio El Mundo, la música argentina, en donde también se difundieron las voces de grandes artistas como Grispi, Noia, Quiroga, Juan Morales. Don Manuel Marcos López fue además una persona muy comprometida socialmente. En los primeros años de la década del 70, regresó a San Lorenzo y gestionó ayudas para las escuelas primarias de las sierras, logrando la creación de cantinas escolares y copas de leche.
Esta pasión por el tradicionalismo y su gran compromiso con la música nativa, especialmente provinciana, llevó a Don Manuel Marcos López a recopilar, analizar, estudiar y grabar las melodías, hasta llegar a publicar en 1951 la coreografía, música y coplas de la Jota Cordobesa, una de las más importantes del cancionero cordobés.
Tanto la música como la métrica de esta versión la recompuso él mismo, basándose en las melodías populares. En sus palabras, la jota criolla es testimonio viviente de nuestra historia. Se bailó en numerosos centros rurales, tanto en el llano como en la montaña; tanto en los centros civilizados como en los sitios más apartados de las arterias del progreso. Esta danza, como la mayoría de las que se han incorporado a la coreografía gauchesca, es de herencia hispana. Fue traída primero por los conquistadores y más tarde por la corriente inmigratoria española.
En nuestras tierras, se adoptó como una melodía con sello propio, romántico o fecundo de las preferencias de los criollos. La jota criolla tuvo mayor aceptación en Córdoba, donde en las fiestas paisanas se estilaba su danza marcando el fin del evento, representando el momento de mayor animación de las reuniones populares. Esta melodía representa un rol imprescindible en la difusión de la música tradicional argentina y cordobesa, aportando protagonismo a nuestras melodías en zonas donde predominaba el silencio. Tal el caso de las Sierras Cordobesas, donde Don López participó en radios y diarios de Córdoba y en emisoras zonales, comentando su trabajo relacionado con nuestra cultura u organizando encuentros denominados “Defendamos lo nuestro”.
La jota es una danza representativa del Valle de Traslasierras, que hizo su introducción en el continente americano en 1850 aprox. y se posicionó en un principio en los ambientes superiores y socialmente prestigiosos, descendiendo luego a los círculos populares. Prevalece y legitima la tradición oral de los relatos; se apropia en el cuerpo y lo transforma, asimilando sentidos que funcionalizan el lugar y crean una forma de ver y habitar el mundo. Se trata de una danza cuya coreografía reproducía los movimiento de origen españoles pero por influencia de los bailes de pareja alzada, se ha ejecutado como un vals.
Aunque es libre en su interpretación, consta de las figuras de zapateo del hombre mientras la compañera espera; Entrada como gato, con castañetas, valseando la vuelta. Luego, la pareja se toma de las manos derechas y zapatea la vuelta; la figura se repite en dirección contraria, tomadas de las manos izquierdas.
Esta danza ha tenido un protagonismo preponderante en los bailes de carnaval de los pueblos más importantes del Valle de Traslasierra. De allí, la importancia de reconocerla y visibilizar la herencia regional que nos caracteriza. Por ello, destacamos la labor que llevó adelante Don Manuel Marcos López, al recopilar y analizar sus melodías.
Aunque fallece el 23 de Julio de 1996 a los 81 años en Villa Cura Brochero, Provincia de Córdoba, deja su recuerdo y sus enseñanzas en el corazón de las guitarras de todos aquellos tradicionalistas que, asumiendo el compromiso por defender y promover lo nuestro.
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